Parte 1: ENTENDIENDO SOBRE TENSIONES
Nunca desistas de un sueño.
Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.
Paulo Coelho

El termino estrés proviene de la Física, y
se refiere a la fuerza aplicada a un cuerpo, que puede ser deformado.
En
la Psicología, el estrés hace referencia a ciertos acontecimientos que implican
demandas o fuerzas fuertes al
individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento. La
definición fue muy controvertida desde 1963,
cuando
el fisiólogo canadiense Selye señalo que, frente a cualquier agente agresor al
organismo, se producen simultáneamente una serie de reacciones típicas, en
función del estímulo agresor, independientemente de la
naturaleza de los estímulos.
Cuando
la demanda del ambiente (laboral, social, familiar, etc.) es excesiva frente
a los recursos de afrontamiento que se poseen, se van a desarrollar una serie
de reacciones adaptativas, que implican activación fisiológica. Esta incluye
una serie de reacciones emocionales negativas
(desagradables), como por ejemplo la ansiedad o la depresión.
El estrés y sus diferentes tipos:
Eustrés ó Estrés positivo: es cuando la
respuesta y el estimulo son proporcionales, es una función adaptativa. La
cantidad justa de estrés es estimulante y saludable. Los músculos se fortalecen,
mejora la función del corazón, aumenta la resistencia y el pensamiento se
agudiza.
Distrés ó Estrés negativo: es la respuesta
anormal o patológica, no ayuda a adaptarse adecuadamente, es ineficaz y se
convierte en obstáculo para el desarrollo normal. La intensidad de la respuesta
es desproporcionada al estímulo, y la activación no decrece hasta niveles
normales sino que mantiene su estado en alerta y tensión durante un período
prolongado. Si la situación pasa los limites variara la tensión muscular,
aparecen sintomatologias como cefalea, mialgias, insomnio, ira, irratibilidad,
entre otros.
La fisiología del estres
La manera en que los individuos evalúan a
las situaciones vividas, juega un papel importante en el proceso de estrés.
Cuando estos procesos no pueden liberar todas las tensiones psicológicas,
comienzan a acumularse provocando así síntomas fisiológicos, psicológicos y
conductuales.
La causa del estrés esta constituida por
los agentes estresores, que son los agentes desencadenantes del estrés. Existen tres clases: físicos, sociales y psicológicos.
Entre los estresores físicos están el ruido, la radiación, las
toxinas y todas aquellas substancias que pueden ejercer algún impacto en
nuestro organismo.
Los estresores sociales provienen de la interacción con las demás
personas de nuestro entorno. Son externos y, por lo regular, están al menos parcialmente bajo nuestro
control.
En cambio, los estresores psicológicos tienen
lugar en el interior de nuestra
psique y comprenden todas
las emociones como frustración, ira, odio, celos, miedo, ansiedad, tristeza,
autocompasión y sentimientos de inferioridad.
A diferencia de la respuesta originada
frente al estresor físico que es universal y autónoma, la repuesta frente al
estrés psicológico es variable en duración pudiendo ser modificada e
intensificada por el mismo individuo.
El estrés psicológico es mediado por el
hipotálamo. Esta estructura es la encargada de coordinar las repuestas
emocionales, las secreciones hormonales y las funciones vitales y de adaptación
como, el sueño, el hambre, la sed, y la respuesta sexual. Además, mantiene las
estrechas conexiones entre el lóbulo frontal y la amígdala del hipotálamo,
estructura encargada de almacenar nuestra memoria sensorial.
El equipo biológico asi conformado es
perfecto y eficiente. El lóbulo frontal percibe el peligro, la amígdala coteja
la información con su archivo emocional y el hipotálamo estimula secreciones
hormonales, que en milésimas de segundo, originan una repuesta de adaptación
integral, que será coordinada por el lóbulo frontal.
La respuesta neuropsicológica a la amenaza,
se mantiene hasta tanto no se haya logrado restablecer el equilibrio.
A la
sensación de peligro se suman los efectos de la sobreestimulación del sistema
reticular, la hipervigilancia y la tensión muscular, que pueden aumentar el
malestar que origina el estresor psicológico primario.
La hipervigilancia y la tensión muscular
impiden la relajación y la conciliación del sueño, con lo cual se incrementan
las dificultades neuropsicológicas y cognoscitivas, y se hace más difícil y
ardua la tarea de superar al estresor.
Todos estos afectan la salud del individuo
y lo limitan para su desarrollo en la vida laboral y social.
En la próxima semana trataremos sobre “El
estrés y las profesiones”
Escrito por:
Prof. Laura Norma Villalon
Profesora en Artes Visuales, Doctor of Phicology in Art Therapy, PhD (C.I.U.), Doctora en Arteterapia (U.A.M.A), Psicodiagnóstico, Especialista en Disgrafía, Acompañante Terapéutico, Animación Sociocultural en Adulto Mayor, Instructor/Terapeuta Profesional Arteterapia, Técnico en Musicoterapia, Técnico en Aromaterapia y Terapeuta Profesional Aromaterapeuta.
Miembro de I.F.A. Nº 10898 - London, A.A.D.A Nº 1103 - Buenos Aires, C.P.P.T.A Nº 17-0402 - Buenos Aires, C.A.P.T.A Nº 17350 - Florida.
Por información sobre capacitación presencial o a Distancia enviar un email a: laura.norma.villalon@outlook.com.ar
Prof. Laura Norma Villalon
Profesora en Artes Visuales, Doctor of Phicology in Art Therapy, PhD (C.I.U.), Doctora en Arteterapia (U.A.M.A), Psicodiagnóstico, Especialista en Disgrafía, Acompañante Terapéutico, Animación Sociocultural en Adulto Mayor, Instructor/Terapeuta Profesional Arteterapia, Técnico en Musicoterapia, Técnico en Aromaterapia y Terapeuta Profesional Aromaterapeuta.
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Publicado en el Diario Nueva Era en el Suplemento Mujeres de la Nueva Era N° 70 del 14/05/14
Imagen: L.N.V. 2014
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